El brevísimo libro —en realidad, una plaquette— Máscara contra máscara es la ópera prima de José Manuel Tamez como escritor.
Ya era hora de que el químico y matemático, frecuentador en Villahermosa de talleres literarios, asiduo ejercitante del relato y partícipe entusiasta de cursos y diplomados en torno a la creación literaria se decidiera, por fin, a publicar en solitario.
Y no es que el también conductor de un taller de narrativa en la Escuela de Escritores José Gorostiza, cuentista —de igual manera— en varias antologías publicadas en el ámbito local escriba cuentos al desgaire; lo que ocurre es que Tamez (Monterrey, 1947) es un autor tardío cuya cuentística ha empezado hace tan poco a encontrar un sitio entre las publicaciones que ofrecen una muestra del modo en que se escribe el género en Tabasco.
En Máscara contra máscara se incluyen dos relatos. El primero («Mi mejor amigo») es un ejercicio que hace uso del personaje fantasmal o ilusorio como viejo recurso que detona la historia. A «Equis», el amigo de Ramiro —personaje principal de la narración— nadie lo ve (a excepción del referido personaje, de modo que el texto puede ser perfectamente emparentado con la llamada Literatura Infantil y Juvenil, tan afecta a personajes ilusorios); y la esquizofrenia de éste sólo parece tener alivio cuando, con la intención de liquidar a su problemático amigo imaginario se acuchilla a sí mismo, para estupefacción de todos sus condescendientes familiares.
Por otro lado, en «Máscara contra máscara» Tamez perpetra un relato menos lineal y un poco más elaborado: su personaje principal, Eleuterio, es requerido por la policía para identificar el cuerpo de quien, sabremos luego, resulta ser el padre —luchador profesional a la postre— que lo abandonó años atrás junto a su madre, cuando él era todavía un niño. Ajuste de cuentas con esa figura paterna tan presente, por ausente, en la obra de autores como Rulfo, García Márquez y Vargas Llosa, la historia es efectiva en transmitir al lector —a través del procedimiento de los saltos temporales— los nudos que conflictúan a sus personajes principales, y su resolución es construida sobre una recreación afortunada de una porción del medio que rodea al «pancracio» mexicano.
Sin grandes dotes estilísticas, pero con una evidente determinación por contar y por desplegar esa socarronería «tropical» que le es característica a los protagonistas de sus textos, estos dos relatos de José Manuel Tamez ofrecen una muestra de lo que su autor conserva aún bajo la manga. Se agradece el hecho de que la naciente editorial Inspira Profundo se apunte el mérito de publicarlo como el autor que, aun habiéndose tardado en aparecer como tal, todavía promete.
Acerca del autor
- Macultepec, Tabasco (1975). Economista y escritor. Autor de "Bajo el signo del relámpago" (poesía), "Todo está escrito en otra parte" (poesía) y "Con daños y prejuicios" (relatos). Ha publicado poesía, ensayo y cuento en diferentes medios y suplementos culturales de circulación estatal y nacional.
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