Gerardo Rivera: la búsqueda de los orígenes de la poesía tabasqueña (primera parte).

Nacido en El Salvador, Gerardo Rivera (1949) encarna al escritor extranjero que, una vez llegado a Tabasco, se instala en estas tierras y crea una obra voluminosa que en buena parte mira al pasado de la literatura tabasqueña con el afán de historiarla y de redescubrirla. En las antípodas de otro poeta nacido también en otras latitudes y avecindado en Villahermosa durante muchos años —Fernando Nieto Cadena—, Rivera no cree que no exista, antes de su llegada, poesía tabasqueña digna de ser leída y celebrada. En ese sentido, se aproxima con respeto a esa poesía y a sus autores y se convierte así, para fortuna de sus lectores presentes y futuros, en un referente indispensable si lo que se pretende es comprender mucho del origen y del devenir de la poesía tabasqueña contemporánea.

Su propósito al escribir Pioneros de la poesía en Tabasco fue hacer una especie de retrato de los autores incluidos y del entorno histórico en el que vivieron. Cuénteme por favor acerca del alcance de este libro.

Sí, el libro es prácticamente una biografía de ellos. Pero escrita de tal modo que aparezcan al desnudo, para que los lectores juzguen después el valor que yo les atribuyo en el texto. Cada uno de los diez poetas a los que me aproximo en el libro tiene una cualidad que lo identifica y todos vivieron en una etapa que no estaba historiada. Yo me acerco a las vidas de esos autores porque antes había escrito sobre poetas que formaron parte de La bohemia tabasqueña, en su primera y segunda etapa; los poetas que abordo en este libro no pertenecieron al grupo de La bohemia. Recordemos que esa revista circuló, en su primera etapa, entre 1898 y 1903 y si se dejó de publicar fue, principalmente, por las actividades políticas y revolucionarias de sus autores. Quienes dirigen la revista en su segunda etapa fueron, más bien, discípulos de los que, siendo profesores del Instituto Juárez, la habían fundado varios años atrás. Si yo decido escribir Pioneros de la poesía en Tabasco es porque los poetas incluidos aquí no fueron abordados en mis libros sobre La bohemia.

Usted también escribió el libro Los poetas de Tabasco en la independencia y la revolución

Así es. Porque, aunque yo había hecho de esos poetas una semblanza exhaustiva en mi primer tomo sobre La bohemia tabasqueña, quise escribir con este otro libro una especie de colofón de aquél. Aquí abordo con mayor profundidad el tema revolucionario y la prisión de los poetas en la cárcel de San Juan Bautista, ubicada en ese entonces muy cerca de donde se encuentra el Palacio de Gobierno. Entre los poetas revolucionarios a los que hago alusión en este libro se encuentran Andrés Calcáneo Díaz, fusilado en 1914 sin deberla ni temerla; Manuel Mestre Ghigliazza, que era una especie de comandante del grupo; Marcos E. Becerra, uno de los poetas más grandes y olvidados de Tabasco; Domingo Borrego, nacido en Tacotalpa; el teapaneco Lorenzo Calzada Casanova; José Domingo Ramírez Garrido, quien fue uno de los líderes revolucionarios en el estado; Isidoro Pedrero Sumohano, nacido en Jalapa…

Hay pocos libros de historia de la literatura tabasqueña. Y las aproximaciones críticas prácticamente son inexistentes. Usted y don Andrés González Pagés son, acaso, dos de los autores que más han buscado acercarse sistemáticamente a ciertas épocas y a ciertos autores tabasqueños. ¿Cómo nació en usted esta inquietud?

Fue un poco curioso. Cuando se creó el Instituto de Cultura (ICT) yo me acerqué a Andrés González Pagés para ver si podía involucrarme en ese engranaje cultural que acababan de formar desde el gobierno. Entonces le dije: “mira, Andrés, si crees que alguien como yo, con cierta experiencia en investigación y en literatura puede servir de algo, aquí me tienes, dispuesto a colaborar contigo.” Me respondió: “mira, hermanito, tengo un problema grande: doña Julieta [Campos] quiere que hagamos la historia de una revista que se llamó La bohemia tabasqueña, pero he hablado con varios buenos poetas de aquí y me han dicho que no se cuenta con información sobre la revista. Si tú me encuentras algo sobre el tema y me traes una introducción que le guste a ella, la jefatura del departamento editorial es tuya.” Yo le dije a Andrés que me diera quince días para presentarle el material que yo encontrara. Y aceptó. Así que fui con grandes amigos míos, como Jesús Ezequiel de Dios y como don Abel Palavicini, a quienes veía regularmente en el Café Casino, y con otros más que habían escrito libros o que tenían libros sobre Tabasco. Terminé llevándome a mi casa una buena cantidad de títulos en los que encontré una enorme riqueza poética que yo sabía que debía ser ordenada por autores que eran parte de ese “grupo compacto” de La Bohemia. Me sirvieron, particularmente, algunos escritos de Rafael Domínguez, escritor cardenense muy amigo de Santamaría. Cuando volví con González Pagés, luego de días de leer, de escribir y de casi no dormir, terminé llevándole alrededor de sesenta cuartillas sobre los poetas de La Bohemia Tabasqueña.

Entonces el problema de González Pagés había quedado resuelto…

No del todo. Yo había averiguado que una persona que vivía en Yucatán tenía en su poder una copia de La Bohemia Tabasqueña, tomo uno, así que le dije a Andrés que hiciera lo posible por contactarla para conseguir ese material. Andrés acudió a doña Julieta y ésta a su esposo, el gobernador, quien contactó a su vez al gobernador yucateco. Gracias a las gestiones de éste con la persona que tenía ese material, allá en Yucatán, ésta accedió a enviarlo de vuelta a Tabasco.

¿Por qué no se contaba en Tabaso con un material histórico y bibliográfico que debía ser conseguido fuera del estado?

Principalmente debido a las inundaciones. En la vieja Villahermosa las inundaciones alcanzaban buena parte del centro, sobre todo ahí por donde se encuentra el Parque Juárez y los portales —donde pasaba un río al que llamaban El Jícaro—; así que mucha gente que tenía libros en la ciudad terminaba perdiéndolos por la humedad o debajo del agua.

De manera que escribió usted su primer libro sobre La Bohemia a partir de una investigación bibliográfica que lo llevó a una búsqueda fuera de Tabasco y a partir de escribir frenéticamente sobre lo que había encontrado…

Sí, se trató de una escritura acelerada que sorprendió en su momento a González Pagés, a Laura Ramírez Rasgado —la entonces directora del ICT— y a la misma Julieta Campos. Andrés llegó a decirme que pensaba que yo había escrito el libro antes de presentarle mi propuesta de escribirlo, pero la verdad era que yo me pasaba las noches escribiéndolo. Lo escribí cuando algunos de los más importantes escritores tabasqueños de entonces habían declarado la imposibilidad de empezarlo siquiera debido a que creían que no había información suficiente. Poco tiempo después la sorpresa de todos ellos fue mayor al enterarse de que yo estaba en condiciones de entregarles muy pronto el segundo tomo.

Acerca del autor

Gerardo Rivera
El Salvador, 1949. Poeta, ensayista y periodista. Autor, entre otros títulos, de "La bohemia tabasqueña" (dos volúmenes, 1986-1987), "La poesía y los poetas de Tabasco en la Revolución" (1988), "La novela en Tabasco" (1988).

About Gerardo Rivera

El Salvador, 1949. Poeta, ensayista y periodista. Autor, entre otros títulos, de "La bohemia tabasqueña" (dos volúmenes, 1986-1987), "La poesía y los poetas de Tabasco en la Revolución" (1988), "La novela en Tabasco" (1988).